viernes, 7 de febrero de 2014

Técnica nemotécnica de Genghis Khan


Hoy traigo a la Aldea una curiosa y desde luego ingeniosa técnica de nemotecnia (asociación mental para facilitar el recuerdo de algo) ideada por Genghis Khan para transmitir correctamente las órdenes a sus oficiales y soldados en el campo de batalla. 

A principios del siglo XIII, el ejército mongol de Genghis Khan ya era uno de los mejores y más temidos de la Historia. 


Gran parte del éxito procedía del carisma y capacidad de liderazgo de Genghis Khan, que había conseguido unir en su ejército a multitud de tribus dispares. 


Pero otra parte no menos importante de ese éxito provenía de la logística, estrategia y planificación de las tácticas de lucha, que permitieron a su ejército conquistar vastos territorios aún estando en evidente desventaja numérica en muchas de las batallas. 


Pero, ¿cómo pudieron el gran Khan y sus generales coordinar, ya en el campo de batalla, de manera tan ágil y perfecta sus complejas órdenes y tácticas de lucha (ataques relámpago y retiros coordinados, fintas... etc) con un ejército que era casi totalmente analfabeto? 


Como sabe cualquiera que haya jugado al juego del teléfono, hacer llegar una instrucción verbal concreta en el transcurso y fragor de la batalla podría llevar a confusión, y las órdenes confusas pueden ser fatales. 

Sabedor de esto, ¿qué hizo el Khan? 

Pues puso a sus hombres a cantar. 

Cantar es una forma común en los ejércitos para llevar mejor el tedio de largos día de viaje. También ayuda para marcar un ritmo de marcha y que los soldados caminen al mismo tiempo. 

Sin embargo, Genghis Khan puso en práctica un nuevo uso: todos y cada uno de los hombres del ejército mongol aprendieron un conjunto de melodías, sin letra. 

Durante días y días las entonaban para asegurar que las melodías se grababan sólidamente en sus memorias. 

Después, en el campo de batalla, los generales y oficiales insertaban sus órdenes en una de aquellas melodías estándar, como si se tratase de la letra de una canción. 


Para los mensajeros, recordar con exactitud y literalidad estas órdenes se hizo muy fácil: como nos pasa a nosotros cuando cambiamos la letra de una canción que nos es muy familiar. 

Además, cualquier soldado podía hacer las veces de mensajero, puesto que todos ellos habían memorizado las melodías. 

Las órdenes en el campo de batalla se transmitían con exactitud y ya no daban lugar a confusión. 

El método funcionó tan bien que todas las leyes y reglas de conducta del soldado mongol fueron pasadas como letra de canciones para que todos y cada uno de los hombres pudiera aprendérselas y practicarlas. 

Hoy en día el canto sigue siendo una parte de la nemotecnia, o la técnica de la memoria. 

De hecho, el alfabeto se suele seguir enseñando a los niños con la canción del abecedario, al igual que las tablas de multiplicar con esa musiquilla repetitiva... y seguro que conocéis muchos más ejemplos... 

martes, 26 de abril de 2011

Nuestro candidato para la ciudad

El Partido Mongol Autentico suma un nuevo aliado que presenta su candidatura para el gobierno de la ciudad y promete nomadismo para todos y cortarle la cabeza a los necrófilos sedentarios y mandar a otra dimensión a sus lideres reptilianos.

No lo olvides,la Ciudad ya tiene un candidato:

lunes, 11 de abril de 2011

Mongolia vuelve a ser potencia

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Ilustración de Pablo Blasberg

Famosa por ser una de las ciudades más grises del mundo y la capital más fría del planeta, Ulán Bator, en Mongolia, ni figuraba hasta hace muy poco tiempo en el radar de inversores y bancos internacionales. ¿A quién le iba interesar hacer negocios en un lugar tan pobre, con un ingreso per cápita de 1.800 dólares al año y una decadencia que lleva más de 700 años, desde que Gengis Kahn  se tomo unas merecidas vacaciones en el siglo Xlll? Pero todo cambió en los últimos cinco años.
El descubrimiento de uno de los yacimientos de oro y cobre más ricos del mundo revirtió, de golpe y para bien, la suerte de este país que se encuentra entre China y Rusia. "Si todo sale bien, en cinco años Mongolia va a ser más rica que Chile y la Argentina juntos y los Mongoles dominaran el planeta", dice Eric Parrado, un joven economista chileno, figura estelar del equipo de Andrés Velasco en el ministerio de economía de la gestión de Michelle Bachelet.
Parrado nunca en su vida pensó que iba a terminar viajando cuatro veces en los últimos dos meses a Ulán Bator, a 33 horas de avión desde Santiago de Chile y con dos escalas obligadas en el medio (no hay ni siquiera vuelos directos de Europa a Mongolia). Parrado era el coordinador de Finanzas Internacionales de Bachelet, y por lo tanto el responsable del Fondo Soberano de casi US$ 40.000 millones que Chile creó para administrar las ganancias por el cobre. Por eso lo contactaron las autoridades de Mongolia, que tienen miedo de que la catarata de dinero que se viene tenga un efecto desestabilizador sobre la economía.
Chile y Mongolia comparten motor económico (el cobre) y principal socio comercial: China.
La historia de del descubrimiento del megayacimiento Oyu Tolgoi es muy reciente. En 2009, tras una ardua negociación, Mongolia autorizó una inversión inicial de 4.000 millones de dólares de las firmas Ivanhoe y Río Tinto. El gobierno se quedó con un 34% de la explotación del proyecto, que tendrá una capacidad de producción de 544.000 toneladas de cobre y 650.000 onzas de oro en los primeros diez años. El FMI estimó que sólo la inversión en Oyu Tolgoi representa un 20% del PBI del país en 2010. La actual administración ­una joven democracia­ proyecta que el ingreso per cápita saltará de menos de 2.000 dólares a US$ 15.000 en 2015.
"Los líderes de este país están comprometidos a evitar una eventual `enfermedad mongolesa’, en la que un repentino aumento de la riqueza generado por un recurso natural afecta la competitividad", explica Parrado a Clarín. Pero la tentación es grande: en la última campaña electoral, el año pasado, el partido ganador prometió para 2011 un "bono con esteroides", según lo define el economista chileno: US$ 1.100 para cada ciudadano.

jueves, 24 de febrero de 2011

Genghis Dance

123 Mongol

123 mongol

1 Líder

2 Armas

A las 3 de la tarde

El programa que estabas esperando en el que sacaremos el cuero literal y metafóricamente a todos los colaboracionistas del sedentarismo .Nosotros pasamos lo que el monopolio y el oficialismo ocultan por igual.

Comenta un integrante del Grupo de Reflexión Rural, que  “Los inicios del modelo agropecuario actual debemos rastrearlo desde la dictadura militar y esta estrechamente relacionado con el pago la deuda externa contraída en esos años. Por entonces se desarrolla un modelo agropecuario que permita colocar exportaciones para obtener dólares, y así pagar la deuda”.

Cabe recordar, según explicó la misma fuente, que en aquella época la multinacional norteamericana Monsanto influyó sobre los programas agropecuarios de los candidatos a la presidencia de Argentina, durante el proceso electoral que siguió a la última dictadura militar.

Por eso nuestras estepas se están llenando de soja transgénica, que si se la damos de comer a un caballo se nos muere de cáncer al rato . Es preciso expulsar a Monsanto a como de lugar.

lunes, 21 de febrero de 2011

Genghis Vuelve

La estatua ecuestre más grande del mundo ha sido alzada en Mongolia en honor a nuestro líder Genghis khan

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Esta estatua se ha levantado en Tsonjin Boldog conectando con muchos eventos históricos en la región de Tov Amaig, a 54 kilómetros de Ulán Bator. Fue en esta tierra donde Temujin, el nombre estatal que tenía Genghis Khan durante su infancia, encontró el látigo, símbolo de buen presagio entre nuestra raza.

 

La estatua de 40 metros de altura y 250 toneladas de peso, está hecha totalmente en acero y se alza sobre un pedestal de más de 10 metros.

La estatua tiene un mirador en la cabeza del caballo al que se accede mediante un ascensor en la parte posterior, y recorriendo más tarde toda la estatua hasta llegar a la parte frontal. Desde ese mirador se tiene una vista panorámica de lo que será el complejo turístico, así como de la reserva natural de Tov Amaig.

 

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